jueves, 30 de mayo de 2013

"Candil de la calle y oscuridad de la casa"

   Buscamos un día el punto de partida. Pretendimos volar y llegamos a tocar el cielo, pero al no encontrar una parada, decidimos continuar el viaje. Movidos por la curiosidad de descubrir aquello que no alcanzamos a ver, concentramos toda la energía en construir algo que nos haga creer que todo lo que vemos lo podemos tocar.
   Sabemos más de la Luna que de nuestro propio planeta. Marte se está quedando desnudo ante nuestros ojos y a Saturno ya le hicimos la boda nupcial con su impresionante anillo.
   Es honorable ver a través de los ojos del proyecto ALMA, que como una mosca gigante, mira fijo al infinito, segura de que sus 66 ojos descubrirán alguna frecuencia o señal emitida por los gases que traduciremos en imaginarios lenguajes extraterrestres.
   Ya somos capaces de trazar mapas y rotular estrellas. El turismo espacial es todo un hecho. Los intentos de cultivar y hacer crecer la vida más allá de la nuestra, ya no le compete a Dios, ahora es cosa de humanos y no se detiene. Podemos mirar al Sol, sabemos como de enfadado se levanta y conocemos de su genio al mirar a los polos y ver las más hermosas de las danzas boreales.
   Saltamos al vacío en actitud temeraria, para demostrarle al silencio que podemos romper la barrera del sonido, como si a el le importara.
   Proyectos magníficos, no lo dudo. Gente buena  y talentosa que navega en paralelo al futuro...pero STOP humanos. A dónde vais con tanta prisa? Nuestra casa aún está desordenada. No dudo del inminente deseo de encontrar seres que nada saben de nosotros, y si saben, hasta ahora han decidido mantenerse al margen, tal vez ya conozcan de nuestros planes. Si nos ven, si nos observan, ya saben  de nuestros delirios, nuestras guerras, las miserias, los horrores. Saben de nuestra felicidad a medias, de nuestras ambiciones. O son seres irracionales y les importamos un bledo o nos ven como gérmenes altamente dañinos e invasores. Por algo, si nos han visitado, llegaron en penumbras, dejando huellas confusas para no seguirles el rastro, se fueron sin avisar. Con razón no encontramos el camino.
   Es posible que nos quieran enseñar que aquí aún tenemos lugares por descubrir, especies que cuidar, guerras por resolver, árboles que plantar, lecciones que aprender y ALMAS mucho más económicas que alimentar.
-.Emnis.

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