En un mundo lleno de posibilidades,
que tú fueras parte de mis deseos
no fue una casualidad.
Fue la consecuencia de nuestras vidas
viajando en paralelo
y que encontraron sensaciones comunes
en un mismo punto de encuentro.
Bastó un segmento de distancia
y dos cuerpos en el mismo plano,
dotados con la capacidad de amar,
para encender esa chispa de la vida una y otra vez.
Electricidad saliendo por la punta de los dedos,
buscando intensidad de carga en polos opuestos,
y sin tocarnos, prendió la chispa
que quemó la carne y encendió mis huesos.
En un mundo repleto de muchos,
fuiste tú, precisamente mi todo,
y no fue una casualidad.
Fue una mirada lanzando intensiones
sobre tu calma
y en el encuentro dos cuerpos repletos
de intensiones y ganas.
-.Emnis
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