Miro el espejo y engullidos están mis pensamientos.
Allí, detrás de tanta oscuridad se refugian mis más íntimos recuerdos.
Existe un puente entre esta realidad y la que transita por mi nervio óptico hasta el almacén de mi cerebro.
Lo que he visto a lo largo de mi vida ha quedado tatuado en cada micra de mi retina y ahora es imposible revivirlo. Sólo el recuerdo repetitivo de lo aquí almacenado es para mi, la prueba efímera de que la vida pasa por delante de nuestros ojos y no se detiene.
-. Emnis.
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