miércoles, 19 de junio de 2013

"Entre la soledad y el olvido"


Como un libro escrito en otro idioma, 
como un álbum de fotografías prestadas, 
como la pieza de un puzle en la basura, 
así de extraña siento mi vejez.
De testigo va conmigo una sombra encorvada 
que al girarme gira para no darme la cara, 
ella tampoco me conoce. 
Miro al banco una vez más 
que en actitud de reproche ya no quiere compañía, 
está tan viejo y gastado como yo 
y mis lamentos apagados ya no les motivan.
Anclo el cuerpo a sus tablones y quedo al descubierto, 
viviendo entre la soledad y el olvido, otra vez. 
Es difícil sobrevivir con las luces apagadas, 
olvidando el camino de regreso, 
comiendo sal en vez de azúcar por poner el letrero equivocado;
mirando las caras de mis hijos y confundirlos por momentos con extraños.
Es difícil la soledad, si que lo es, 
pero es más cruel el olvido que te anula la existencia 
y mutila hasta el recuerdo más sencillo. 
Olvidar que una vez sufriste porque primero amaste. 
Olvidar que una vez hablé de viajes y aventuras 
porque estuve allí y no recuerdo dónde. 
Mirarme al espejo y ver mis ojos apagados 
sin que causen ningún efecto 
porque olvidé también que una vez brillaron como faroles en la noche. 
Olvidar que una vez me llamé Juan, 
que viví feliz, que me enamoré... Olvidarlo todo. 
¿Dónde está el camino de regreso? 
¿Dónde fue que me perdí? 
¿Dónde olvidé la brújula para el retorno?
Ya no encuentro las fronteras que me llevan a casa, 
ni las señales que me orientan hacia ti,  
la confusión me ha debilitado y el olvido mutila mis palabras. 
Escuché que no estoy solo, 
que un tal Alzheimer me acompaña;
pero no lo veo, es posible que también se haya perdido
entre sus transitorios momentos de lucidez y marañas.

-.Emnis Campos Calzado.

      

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