jueves, 25 de agosto de 2016

"La Escritura"




Era la época bruta de la piedra y el palo,  y entre simbólicos surcos y frescos rupestres
nacían los primero y más arcaicos trazos que inmortalizaron momentos  para recordar.  
La necesidad de comunicar algo que perdurara en el tiempo, de demostrar nuestra imaginación y verdad, se hicieron patentes por los siglos de los siglos.  Las tablillas de Tartaria, los jeroglíficos  sobre piedras y  los papiros egipcios, fueron  los primeros soportes de un puente que haría camino por el mundo  a lo largo de la historia, bifurcándose y encontrando  nuevas formas de interpretación para el que llegó desde muy lejos. 
Los siglos  se encargaron de moldear  los trazos; unos encontraron suavidad en la escritura, otros exquisitos formatos  regionales y así, la larga tela de araña que comenzó siendo una raya, se fue enredando en el tiempo para hacer de cada nudo un dibujo, donde unos veían números otros veían símbolos y casas. Y así, separadas y dispersas llegaron a nuestro siglo con tejidos diferentes, pero con significados comunes para  enlazar palabras que describen objetos,  sentimientos, acciones.
Ellas, las letras,  enriquecidas con todos los elementos y experiencias necesarias empezaron a atesorar historias, se combinaron entre sí para ser más fuertes en las oraciones, los párrafos, las prosas y los discursos, y se atrincheraron entre las páginas de un libro para ser invencibles y eternas.
Ellas tienen el poder, son dueñas y señoras de toda nuestra historia y nuestras vidas, deciden sobre nuestros sentimientos. Las más puras son sinceras y las más falsas traición.
En el cuerpo de una letra puede haber tanto vida como muerte. Una letra puede dar oxígeno o arrebatarte el aliento. Ellas tienen  la facultad expedita  de la oratoria que cambie el mundo que nos rodea  o el discurso que lo destruya, son el contingente del todo y sin ellas, seremos solo mímicas y muecas.
Ayúdanos a que las letras siempre estén a buen recaudo, a que  la fuerza de sus lazos sirva para unir, no para separar, para entendernos, no para incordiar, para recordarnos, no para olvidar.

-.Emnis  Campos Calzado
 PD.  Muchas gracias Jorge García por regalarme la idea  y dejar que yo la transformara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario