domingo, 21 de mayo de 2017

Lejos de todo.

 Foto tomada del blog www.lasmujeresquehayenti.com de Elena Caballero Arenas

Pongo un pañuelo sobre la hierba y me dejo caer. Dos minutos después no paro de sacudirme las hormigas, la paja que cae del pino y una mosca a la que le sigo el rastro porque aterriza cada dos por tres sobre mi cara y brazo y  la he visto volar cerca del rastro que dejó la mierda de mi perro en el patio. Llevo gafas de sol bajo la sombra, un libro, el móvil y un vaso. Sobre mi panza un frasco de protector solar para darme donde el sol quema de medio lado, y es ridículo, sí, RI-DÍ-CU-LO, también llevo medias, jajaja. "Estoy en bikini y llevo medias; menudo cuadro." (no pongo la foto porque me da vergüenza)
Miro a la derecha, luego a la izquierda, me muevo. El cojín de mi cabeza demasiado bajo para ver las letras y a mi nalga le molesta algo bajo la maleza. Me paro y con un gesto de enfado recojo todo y voy a dar a un asiento muy cómodo que hay justo frente a mí. Menos de cinco minutos  duró mi puesta en escena.  - Reflexiono: ¡Qué mierda! Y me pongo a escribir:

Que lejos estamos de todo.
Que fácil nos damos por vencidos.
Una mosca me fastidia el momento
y una grama me desinfla.

Que miedo a ensuciarnos la ropa.
Que reacción violenta al polvo.
Que pánico a la mierda.
Una puesta en escena con tanto color y yo ciega.
Cada vez más lejos, cada vez más solos.
Y así va todo.

El techo, una sombrilla, una capa en vez del cielo y más mentiras.
Vista en el móvil, cascos que perforan tímpanos y miradas por el suelo.
Perdidos, saludos huérfanos.
La vida pasando y nosotros tuertos.
Cada vez más lejos, cada vez más solos
Y así va todo.

Compartir sonrisas ya es obsoleto
Muros, cortinas, claves
cifrar la vida y problema resuelto..."pensamos"
Y así va todo.

Segundos pasan, un viaje corto,
no hay vuelta atrás y yo,
mirando el pino, la grama y a mi perro jugando solo.
Cada vez más lejos, cada vez más solos
Y así va todo.

De qué me sirven los ojos si solo miro mas poco observo.
De qué me sirve la vida si solo vivo mas poco vuelo.
De qué me sirve si yo camino y no dejo huellas tras cada paso.
De que me sirven los labios si no hay poesía, ni besos, ni cantos.
Me paro y corro, mas no me caigo, 
no hay experiencias, solo cansancio
Y así va todo.

Hasta que decido pararme, cambiar mi mundo y  decirle adiós
a lo que nunca hago.
Tocar la tierra, oler el pasto, 
correr descalza y mirar despacio.

-.Emnis Campos Calzado.





lunes, 3 de octubre de 2016

Caliente...Amargo...Fuerte...Escaso: - ¿CAFÉ? No gracias.

 

     Las fronteras del valle donde yo nací son enormes montañas llenas de bosques de pinares preñados de café. Entre pendientes y barrancos, la niebla y las lluvias crece un arábigo de altura al que no le falta de na. Quienes han disfrutado del verdadero grano cimarrón, saben de lo que hablo.  El olor del café recien colado me fascina, pero del café, caféééé, de ese que yo veía llegar a casa en granos multicolores y que mientras ayudaba a despulparlo me los iba metiendo en la boca para comerme la escasa masa dulce que había entre la corteza y el grano, ese que se secaba en bandejas al sol y se tostaba en un caldero prieto de puro aluminio y que me dejaba los dientes negros porque hasta tostado, caliente y pegajoso me los metía también en la boca para saborear esa mezcla de azúcar quemada y café, hablo de ese grano que se hace polvo entre la masa y el pilón o en un molino. Sí, hablo de ese que viene directo del monte al vaso sin perder su esencia y  no del café racionalizado, adulterado, enchicharado y empaquetado como si fuese pasto seco para el ganado que les vende el gobierno a la mayoría de los cubanos de a pie, de ese mejor ni hablar porque se me agotan las palabras tiernas.
   Y así como el olor a tierra mojada me lleva hasta el umbral de la puerta de mi casa en unas de esas tantas tardes de mayo con espectaculares aguaceros; el aroma del café acabadito de colar me pone sentadita frente a mi abuela en un taburete recostado a la pared mientras voy disfrutando del arte con la que con una mano meneaba la cuchara para ir ahogando el polvo del café en agua hirviendo y con la otra acercaba el jarro para zambullir casi completamente la ubre de tela en un intento de atrapar todo el aroma se su colada. Y  como una maestra de orquesta, hacía su propia armonía natural entre el empinao, la cuchara, su jarrito y el chorrito haciendo espuma mientras se escapaba la música en forma de aromas y sensaciones. 
   No tomo café, nunca pido un café, nunca digo "¡Hay si quiero! cuando me brindan café. Muy escasamente cada tres o cuatro años cuando voy a Cuba y en mi casa o en familia,  suelo meter en un jarro pequeño galletas duras y restos de ese último chorro con un sabor casi moribundo pero bien caliente de agua clara de café colado. En un intento de acercarme a mis orígenes, engullo con nostalgia mi galleta con el adúltero café y miro en los ojos de mami una fosilizada resignación  del no remedio, de lo inalcanzable, de lo casi imposible y lejano que ha quedado nuestro legítimo café, hoy empaquetado, emperifollado y alejado de nuestros paladares. Ja Ja Ja Ja... sé que es una locura no disfrutar de tan singular y corta bebida única en su especie, pero es que esta es una de las verdaderas relaciones que tengo con tan apreciado consumé. Mami se acostumbró tanto al café de la bodega, que cuando prueba un buen café lo encuentra amargo, intenso y agresivo a su paladar. Y yo, ni hablar, en algún lugar entre los granos multicolores y las cápsulas  multimarcas mis papilas gustativas perdieron el interés. Solo puedo decir que me encanta su olor, me encanta su color,  incluso me fascina todo el ambiente que genera la espera y las reacciones tras los primeros sorbitos de un café, pero que te aproveche y lo disfrutes, yo lo siento, gracias, no tomo café. 

  -.Emnis Campos Calzado

     

jueves, 25 de agosto de 2016

"La Escritura"




Era la época bruta de la piedra y el palo,  y entre simbólicos surcos y frescos rupestres
nacían los primero y más arcaicos trazos que inmortalizaron momentos  para recordar.  
La necesidad de comunicar algo que perdurara en el tiempo, de demostrar nuestra imaginación y verdad, se hicieron patentes por los siglos de los siglos.  Las tablillas de Tartaria, los jeroglíficos  sobre piedras y  los papiros egipcios, fueron  los primeros soportes de un puente que haría camino por el mundo  a lo largo de la historia, bifurcándose y encontrando  nuevas formas de interpretación para el que llegó desde muy lejos. 
Los siglos  se encargaron de moldear  los trazos; unos encontraron suavidad en la escritura, otros exquisitos formatos  regionales y así, la larga tela de araña que comenzó siendo una raya, se fue enredando en el tiempo para hacer de cada nudo un dibujo, donde unos veían números otros veían símbolos y casas. Y así, separadas y dispersas llegaron a nuestro siglo con tejidos diferentes, pero con significados comunes para  enlazar palabras que describen objetos,  sentimientos, acciones.
Ellas, las letras,  enriquecidas con todos los elementos y experiencias necesarias empezaron a atesorar historias, se combinaron entre sí para ser más fuertes en las oraciones, los párrafos, las prosas y los discursos, y se atrincheraron entre las páginas de un libro para ser invencibles y eternas.
Ellas tienen el poder, son dueñas y señoras de toda nuestra historia y nuestras vidas, deciden sobre nuestros sentimientos. Las más puras son sinceras y las más falsas traición.
En el cuerpo de una letra puede haber tanto vida como muerte. Una letra puede dar oxígeno o arrebatarte el aliento. Ellas tienen  la facultad expedita  de la oratoria que cambie el mundo que nos rodea  o el discurso que lo destruya, son el contingente del todo y sin ellas, seremos solo mímicas y muecas.
Ayúdanos a que las letras siempre estén a buen recaudo, a que  la fuerza de sus lazos sirva para unir, no para separar, para entendernos, no para incordiar, para recordarnos, no para olvidar.

-.Emnis  Campos Calzado
 PD.  Muchas gracias Jorge García por regalarme la idea  y dejar que yo la transformara.

martes, 16 de agosto de 2016


                            "No puedo evitar desear ese aire que te sigue a todas partes"
      

 
 






"Un poeta enamorado de tus ojos"


Érase el poeta sepultado en rectángulos de papel,
era todo su espacio y allí aguardaban apretadas sus ganas
en un único y estrecho remanso que se abría a la esperanza
y detrás de él, oradores osiosos, filósofos amodorrados y la muerte sedentaria.
Era el poeta con toda la tinta y dedicación
aferrado en perpetuar lo que pasó  con una caricia
que le dieron en los entrantes de su ternura.
Ya había discursado sobre la humedad de una selva tropical
y del brillo de los hielos perpetuos,
pero su pluma extenuada y la letra insensible
hablaban de dos esferas amazadas al estilo de Dios
y unidas para solo una mirada.
Anduvieron sus fuerzas ambientadas en muletas
ganando fama entre los incomprendidos,
mientras su pluma gris y prismas angulares
alumbraban el fin de su esperanza .
Y era el poeta ansiando la muerte
para librar un gramo su dolor,
pero contaba con un cargamento de estrellas
que con otro no pudo compartir,
y era el poeta apagando silencios
por aquel préstamo de sol aferrado al recuerdo.

-.Emnis Campos Calzado



jueves, 28 de julio de 2016

"El jardín de las delícias"


Y dejamos de ser tú y yo para convertirnos solo en un recuerdo de nosotros. Creamos nuestro propio jardín de las delícias, como si El Bosco nos mezclara en sus locuras y les dijera a todos que fuimos dos cuerdos despojados de sus miedos viviendo a fondo una delirante aventura de pura pasión sin más ataduras que el tríptico secreto que se cierra tras la pausa de las ganas, los deseos y suspiros, y del otro lado mirándonos, el mundo por defecto y nuestras vidas.
-.Emnis